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Del Verano a la Nieve: Así nos preparamos en Dare and Explore para el cambio de temporada en las Rocosas Canadienses

Después de un verano intenso y lleno de aventuras en las Montañas Rocosas Canadienses, llega ese momento del año que siempre nos invita a reflexionar, reorganizar y prepararnos: el cambio de temporada. En Dare and Explore, vivimos las estaciones con la misma pasión con la que recorremos los senderos, cruzamos ríos o alcanzamos cumbres. Cada cambio de clima representa no solo un ajuste logístico, sino también una oportunidad para conectar más profundamente con la naturaleza y con lo que hacemos.

El final del verano: cuando la montaña comienza a transformarse

El verano en las Rocosas es un espectáculo de vida. Los días largos nos permiten recorrer kilómetros de senderos, escalar paredes de roca, andar en bicicleta por los valles y remar por lagos de color turquesa. Pero de pronto, casi sin darnos cuenta, el sol comienza a esconderse más temprano, las noches se vuelven frías, y la naturaleza empieza su proceso de cambio.

De temperaturas cercanas a los 25 °C, pasamos a máximas de 7 a 10 °C durante el día. Las praderas, antes verdes y llenas de flores, se tornan doradas y cafés, como si la montaña misma se preparara para descansar. Los árboles cambian de color, regalando unos días de oro, naranja y rojo antes de dejar caer sus hojas.

Es un paisaje que nos recuerda lo esencial: todo en la naturaleza tiene su ciclo. Y nosotros, que trabajamos con ella y en ella, también debemos adaptarnos y respetar ese ritmo.

Preparar el equipo: una tradición de respeto y cuidado

En Dare and Explore, cada transición de temporada es un ritual. Detrás de cada experiencia que ofrecemos, hay un proceso detallado de revisión, mantenimiento y preparación de equipo. Nuestro objetivo no es solo estar listos para el invierno, sino hacerlo de forma responsable, asegurándonos de que todo esté en perfectas condiciones y listo para brindar seguridad y disfrute a nuestros aventureros.

Revisar, limpiar y guardar: el ritual de cierre de temporada

El primer paso es cerrar el capítulo del verano. Reunimos todo el equipo utilizado en los tours de hiking, mountain biking y escalada: mochilas, cascos, bicicletas, arneses, sogas, bastones, tiendas, y todo lo que nos acompañó durante esos meses de actividad constante.

Cada pieza se limpia, se revisa y, si es necesario, se repara o se reemplaza. Las bicicletas se desarman y se guardan con una capa ligera de aceite para protegerlas del frío. Las cuerdas y arneses se inspeccionan minuciosamente, buscando señales de desgaste. Las mochilas se lavan y se secan al aire, listas para el próximo verano.

Este proceso no solo es una cuestión de mantenimiento; es también una manera de agradecer a nuestro equipo de aventura por todo lo que nos permitió vivir. Es un acto de respeto hacia el trabajo, hacia la naturaleza y hacia quienes confían en nosotros para explorar las montañas.

De mochilas y bastones a esquís y raquetas

Una vez que guardamos el equipo de verano, llega el momento de sacar el de invierno. Revisamos esquís, botas, fijaciones, raquetas de nieve (snowshoes), trineos, bastones con canastillas de nieve y todo el material que se convertirá en nuestro día a día durante los próximos meses.

Algunos elementos nos acompañan todo el año, como las botas de hiking o las mochilas, pero incluso ellos necesitan adaptaciones. Las botas se revisan para asegurarnos de que la suela tenga buen agarre en hielo y nieve; los bastones se ajustan con accesorios especiales para no hundirse en la nieve profunda; y las mochilas se preparan con mantas térmicas, termos y equipo de emergencia para el frío.

En Dare and Explore, la seguridad siempre es prioridad, y eso empieza desde antes de que llegue la nieve. Revisamos cada detalle para garantizar que cada excursión —ya sea un día de esquí en Lake Louise o una caminata invernal en Johnston Canyon— se realice con confianza y comodidad.

La llegada del frío y las primeras nieves

A finales de octubre o principios de noviembre, las primeras nevadas suelen sorprendernos. No importa cuántos años llevemos aquí, ese primer día en que la montaña se cubre de blanco siempre genera una emoción especial.

El aire se vuelve más seco, los amaneceres más tardíos, y la rutina se transforma. Cambiamos los shorts por ropa térmica, las caminatas de verano por senderos nevados, y los días de sol por jornadas donde el silencio de la nieve domina el paisaje.

Los primeros fríos son los más duros. El cuerpo necesita adaptarse, las manos se enfrían rápido, y cada respiración se siente distinta. Pero en esa incomodidad también hay algo hermoso: la sensación de comenzar otra etapa, de descubrir de nuevo la montaña bajo otra luz.

Y aunque el verano nos dejó cientos de kilómetros recorridos, fotos y recuerdos, el invierno nos espera con nuevas promesas: esquí, snowboard, caminatas invernales, y aventuras entre pinos cubiertos de nieve.

Lo que viene: nuevas aventuras bajo el invierno

Con la llegada de la nieve, Dare and Explore cambia de ritmo, pero no de espíritu. Nuestras rutas de verano se transforman en escenarios de invierno. Los lagos donde remábamos se congelan, y los valles donde caminábamos se vuelven senderos para raquetas o esquí.

Organizamos tours de esquí alpino en Lake Louise, excursiones con raquetas en Banff y Kananaskis, y experiencias para quienes quieren vivir la montaña en invierno por primera vez. Cada actividad se adapta a las condiciones del clima y al nivel del participante, siempre con la misma filosofía: disfrutar, aprender y respetar la naturaleza.

En invierno, la montaña se siente más silenciosa, más salvaje. Es un entorno que exige preparación, pero también invita a una conexión más profunda con uno mismo y con el entorno.

En Dare and Explore, creemos que no se trata solo de practicar un deporte o hacer una excursión; se trata de vivir cada estación con propósito, de entender que el frío, la nieve y el silencio también son parte de la aventura.

Conectar con la montaña en cada estación

Vivir en las Montañas Rocosas significa aprender que la naturaleza no se detiene, solo cambia su forma de mostrarse. Y nosotros aprendemos a adaptarnos con ella.

En verano, la energía es movimiento, luz y expansión. En invierno, la montaña nos enseña la paciencia, el silencio y la calma. Ambas estaciones son esenciales.

Por eso, en Dare and Explore, cada cambio de temporada es también una oportunidad de **reconectar con nuestra misión

 
 
 

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